Tras la tragedia acontecida durante la “Luna Nueva”, no quedó de la otrora pintoresca aldea de Castronegro más que ruinas desiertas.
A lo largo de los años, unos valientes extranjeros la han ido reconstruyendo, piedra a piedra, gracias a la fortuna que ellos mismos amasaron con la publicación de sus últimas aventuras. Además han realizado un llamamiento dirigido a todos aquellos aventureros sin hogar, invitándoles a formar parte de esta nueva emplazamiento sin par.
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